La corrupción global, como un cáncer silencioso, se ha arraigado profundamente en las entrañas de la sociedad guatemalteca, dejando un rastro de desigualdad, impunidad y desesperación a su paso. Guatemala, una nación de belleza natural deslumbrante y una rica herencia cultural, se encuentra ahora entre los 30 países más corruptos del mundo, según la clasificación de la influyente organización no gubernamental Transparencia Internacional.
A continuación, exploraremos el sombrío panorama de la corrupción en Guatemala, desentrañando sus raíces, sus devastadoras consecuencias y los esfuerzos por combatirla, en un país donde la esperanza de un futuro más justo se ve desafiada constantemente por el poder corrupto.
Hospital de Chimaltenango
El hospital de Chimaltenango, que ostenta el título de ser el más avanzado en Guatemala, fue un regalo generoso de Taiwán. Sin embargo, el proceso de equipamiento resultó ser un sobrecoste exorbitante, gracias a una serie de compras infladas realizadas por funcionarios corruptos en connivencia con empresarios aviesos.
Entre las adquisiciones más notorias, los responsables del hospital autorizaron el pago de US $10 mil por cada una de las 87 sillas de masaje, a pesar de que su valor real apenas ascendía a US $1 mil.
Curiosamente, para gestionar la adquisición de equipos, los administradores del hospital optaron por contratar a una empresa intermedia sin experiencia en el campo. Sorprendentemente, esta entidad había sido creada apenas unos meses antes, con un capital inicial de tan solo US $625, aparentemente, con el único objetivo de intervenir en este lucrativo negocio.
Caso Odebrecht
Por otro lado, en el 2012, la gigante brasileña de la construcción, Odebrecht, se hizo con un contrato por valor de US $399 millones para expandir la ruta Interamericana. En septiembre de 2017, cuando la constructora se encontraba en el epicentro de un huracán mediático debido a escándalos relacionados con sobornos en una docena de naciones, la justicia guatemalteca inició una investigación exhaustiva sobre el contrato en cuestión.
Dos altos ejecutivos brasileños de la empresa comparecieron ante un tribunal y proporcionaron los nombres de los funcionarios guatemaltecos a los que habían sobornado, así como las cantidades pagadas para obtener el contrato.
En consecuencia, el exministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, (que ordenó a sus seguidores aprobar el contrato de Odebrecht) y un empresario enfrentaron cargos de lavado de dinero y soborno, lo que resultó en un período de detención preventiva. No obstante, la acusación contra ellos se ha debilitado con el tiempo; el Ministerio Público hasta actuó como defensa de Alejandro Sinibalidi, por lo que es poco probable que enfrenten una condena.
«Durante muchos años, los corruptos tomaron gradualmente el control de todas las instituciones del Estado en Guatemala, incluyendo, obviamente, el Ejecutivo con el presidente Alejandro Giammattei», comentó la exfiscal general Claudia Paz y Paz, quien actualmente reside en Costa Rica.
Además del Ejecutivo, otras instituciones como el Congreso, que cuenta con una mayoría de diputados afiliados al partido oficialista, y las altas cortes, que deberían haber sido renovadas hace años pero siguen en funciones, han sido influenciadas por la corrupción.
95 % de los contratos bajo sospecha
Rodrigo Salguero, líder empresarial, sospecha que prácticamente todas las adquisiciones gubernamentales están impregnadas de algún tipo de esquema corrupto. Esta lamentable situación priva al Estado de los recursos necesarios para elevar el nivel de vida de ese 60 % de la población guatemalteca sumida en la pobreza.
«Podría afirmar con seguridad que más del 95% de los contratos otorgados por el Estado están inmersos en algún tipo de corrupción», afirmó Salguero, quien ejerce como presidente del Consejo Nacional Empresarial (CNE), una organización creada recientemente con el propósito de promover la transparencia en el país. El CNE está compuesto por alrededor de un centenar de empresas comprometidas con esta causa, y no se identifica con los gremios tradicionales del sector privado.
Las investigaciones sobre negocios oscuros rara vez son llevadas a cabo por la Fiscalía, cuya líder, Consuelo Porras, fue señalada por Estados Unidos en 2021 como una figura «corrupta».
Guatemala en la lista de los 30 países más corruptos
Este panorama ha llevado a Guatemala a figurar en la lista de los 30 países más corruptos del mundo, según la ONG Transparencia Internacional.
Además, la corrupción y la pobreza han empujado a miles de guatemaltecos a emigrar en masa en busca del sueño estadounidense.
No se sabe con precisión cuántos guatemaltecos emigran, ya que las únicas cifras disponibles son las de aquellos que son retornos al país, 28 mil 568 desde Estados Unidos y 13 mil 778 desde México en el presente año, según datos de Migración de Guatemala.
Despedida de la CICIG
En 2007, con el objetivo de erradicar la corrupción arraigada y la impunidad de los funcionarios corruptos, el entonces presidente Óscar Berger estableció la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG).
La CICIG expuso una red de corrupción en las aduanas, lo que condujo a la renuncia del expresidente Otto Pérez en 2015; actualmente, Pérez cumple una condena de 16 años de prisión por este caso.
La caída de Pérez generó esperanzas de cambio entre los guatemaltecos, pero su sucesor, Jimmy Morales, cerró la CICIG en 2019, y todo volvió a ser como antes, aunque ahora con revanchismo contra quienes lucharon contra la corrupción utilizando la criminalización contra operadores de justicia, defensores de derechos humanos y periodistas.
Luego, durante el mandato de Giammattei, la fiscal Porras llevó a cabo una persecución contra exfuncionarios de la CICIG y del propio Ministerio Público; como resultado, una treintena de ellos se encuentra detenida o en el exilio, incluyendo a Claudia Paz y Paz. “La lucha contra la corrupción en Guatemala sigue siendo un desafío persistente», aseveró.