El oscuro poder de Miguel Martínez: En la política guatemalteca, a menudo se dice que el poder no siempre reside en quienes ostentan los títulos más altos. En lugar de eso, se encuentra en las sombras, en las figuras detrás de las escenas que operan en las sombras. Uno de estos personajes clave es Miguel Martínez, conocido como «Miguelito», un hombre de 33 años que ha amasado un poder impresionante en el gobierno del presidente Alejandro Giammattei.
Aunque oficialmente carece de un cargo público, su influencia y participación en las decisiones del gobierno son innegables. Pero, a medida que su nombre se vuelve cada vez más conocido, también lo hacen las acusaciones de corrupción y abuso de poder en su contra.
El ascenso de «Miguelito»
Desde el inicio de la presidencia de Giammattei, Miguel Martínez ha sido una figura omnipresente en su gobierno. A pesar de su juventud y falta de experiencia política formal, ha sido una especie de «jefe de gabinete sin cartera». Su ascenso comenzó cuando el presidente lo nombró director del Centro de Gobierno, una entidad que posteriormente se disolvió, pero que dejó a «Miguelito» con un poder significativo.
Este poder ha crecido constantemente, y ahora Martínez es capaz de desafiar a las élites de siempre en Guatemala, lo que ha generado preocupación y descontento en varios sectores de la sociedad. Su relación cercana con Giammattei le ha permitido acumular una influencia que va mucho más allá de su título o cargo oficial.
Las sanciones de Washington
En julio de 2023, Washington hizo público un mensaje claro y contundente al gobierno de Guatemala al incluir a dos funcionarios cercanos a «Miguelito», Melvin Quijivix Vega y Omar Barrios Osorio, en la lista Engel. Esta lista implica sanciones administrativas que restringen las transacciones comerciales y financieras con los individuos mencionados.
Ambos han sido considerados operadores leales tanto de Martínez como del presidente Giammattei. La inclusión de sus nombres en la lista Engel refleja la creciente preocupación internacional por la corrupción y el abuso de poder en el gobierno guatemalteco.
El papel en la persecución política
Uno de los momentos más oscuros en el mandato de Giammattei ha sido la persecución de periodistas y críticos del gobierno. En particular, el caso del director de elPeriódico, José Rubén Zamora. El periodista fue arrestado bajo cargos de lavado de dinero, en un caso que muchos consideraron como una represalia por sus denuncias de corrupción.
El Ministerio Público (MP), dirigido por una aliada política del presidente, Consuelo Porras, desempeñó un papel clave en este caso. La relación cercana de Giammattei y Martínez con Porras ha llevado a acusaciones de que él estaba detrás de la persecución política de Zamora y otros críticos del gobierno.
El escándalo del soborno
Uno de los momentos más críticos en la carrera de Miguel Martínez ocurrió días antes de las elecciones presidenciales de junio de 2023. Una investigación lo vinculó a intentos de soborno a jueces electorales con el objetivo de influir en los resultados de la primera vuelta. Aunque Martínez negó vehementemente estas acusaciones, su nombre se convirtió en un tema de discusión en Washington y entre los demócratas del Congreso estadounidense.
Este escándalo no solo puso a Martínez en el centro de la atención pública en Guatemala, sino que también atrajo la mirada crítica de la comunidad internacional, especialmente de Estados Unidos, según un reportaje de Infobae.
Tras la sorpresiva victoria de Movimiento Semilla en las elecciones presidenciales, Martínez y sus seguidores han intentado desesperadamente revertir el resultado electoral. Han utilizado maniobras en las cortes y persecuciones penales fabricadas desde el Ministerio Público en un intento de mantener el poder.
Sin embargo, la ciudadanía guatemalteca no olvida ni perdona. La sociedad exige justicia y rechaza a Martínez y su influencia corrupta. Su nombre ya no es sinónimo de liderazgo, sino de corrupción y abuso de poder.
El descontento ciudadano
La influencia de Martínez se ha vuelto más evidente en medio de la creciente insatisfacción de la ciudadanía guatemalteca. La sociedad exige transparencia, justicia y el fin de la corrupción que ha plagado al país durante años. «Miguelito» se ha convertido en el blanco de la ira pública y el símbolo de la opacidad en el gobierno.
Un ejemplo revelador de este descontento se produjo durante un partido de futbol de la Selección Nacional de Guatemala en septiembre de 2023. Cuando la afición se dio cuenta de la presencia de Miguel Martínez en uno de los palcos especiales, estallaron abucheos y consignas exigiendo justicia y castigo para quienes han socavado la democracia en el país.